De vez en cuando, recuerdo saber cocinar todo y cuando se me ocurre tengo que decir que también me puede ser querido. Me parece que todo lo que sale de las manos, como si por arte de magia. Es una sensación maravillosa.
Lo que se ve en la imagen es un filete de róbalo (que es en realidad supone para ser San Pedro, pero el pescado no tenía ninguna más) al vapor en un horno de convección durante unos veinte minutos.
Obviamente retorcí antes de ponerlo en la cocina.
Me puse en un recipiente de aceite de oliva que encuentro es más delicado para este tipo de receta, las semillas de granada, un trozo de jengibre finamente picado y se secó frutas del bosque con un poco de sal.
Hice macerar durante una media hora, digamos que el tiempo de cocción del pescado con un poco de descanso, y, con la ayuda de un cepillo pasé todo en el pescado.
Con unas pinzas coloqué la granada y bayas, y como toque final puse un poco de hinojo.
Servir caliente oa temperatura ambiente.
Buen provecho a todos
Sonia
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